miércoles, 23 de marzo de 2016

El arpa eólica y Mambo

La verdad  es que el título ya da para pensar, porque convertir un instrumento de cuerda (muchas cuerdas) en un instrumento de viento —con una sola palabra — consigue atraer  mi atención.
Desde el  comienzo del cuento he entrado en un mundo de mentiras que me las creo. A mi juicio, el autor consigue mi complicidad como lectora desde el principio, porque cuantas más mentiras me cuenta, más verdades quiero conocer, así que no he tenido más remedio que rebuscar sobre el mal carácter de Cherubini.
Una vez  comprobado que este señor  fue director del conservatorio  de  París (1822), era necesario comprobar el carácter ordenado e impetuoso de Hector Berlioz y así aceptar que se abismaba  en algunas ocasiones (página 230).
Llegados a este punto me he visto obligada a buscar la identidad del Señor Pons y de la señora  Rusconi, aunque en el caso de esta señora no estoy segura de que haya descubierto su verdadera identidad.
Con los cuatro personajes  biografiados gracias a san google solo me quedaba el médico que buscaba materia prima y la señora que alquilaba el tabuco a Berlioz, aunque esta señora está tratada como una tarasca. Esta palabra (tarasca) igual que alguna otra, me ha obligado a buscar en el diccionario  y me lo he pasado bastante bien con este vocabulario de atribulados y vehementes amantes de la música que viven en tabucos alquilados. Y lo más divertido ha sido el encuentro en el cementerio

—¡El cementerio de moda! ¡Lo que me faltaba por oír! Y nosotros, ¿a qué grupo de noctívagos pertenecemos? ¿a los lectores de poemas amorosos o a los adúlteros floridos?

Antes de llegar al momento concurrido del cementerio ya me rondaba por la cabeza alguna imagen, pero no localizaba en mi memoria con exactitud lo que flotaba como una nebulosa, pero los noctívagos me han hecho pensar en Tim Burton y Johnny Depp  en la película Sleepy Hollow y en ese momento ya sabía que los rizos de Berlioz tenían un sentido trascendental y que podía comprender sus palabras. 

 Me conmueve la idea de  que los muertos acompañen a los vivos en su peregrinar por la vida. Estoy convencido de que podemos oír la voz de los difuntos, que su presencia flota entre nosotros.

Después he recordado el miedo que pasé cuando era pequeña con una película de dibujos animados que contaba el cuento La Leyenda del Jinete sin Cabeza, y la risa que pasé con la película de Burton, así como lo que me he reído con el pedaleo de Berlioz.
Repito la misma idea con la que he comenzado este escrito. Este cuento me ha sumergido de lleno  en la ficción, un universo de mentiras pero sin engaños, porque para disfrutarlo   tienes  que   hacerte  cómplice del autor: es lo mismo que ver a Johnny Depp  asustado cuando  sabes que está actuando.

Parece que los dos están un poquito abismados.








Mambo

En este cuento Esquivias nos hace fácil algo que en mi opinión es díficil, me refiero a contar algo cotidiano  y convertirlo en una historia especial. Una historia en la que los personajes no saben expresar bien sus sentimientos, pero el baile les resuelve ese inconveniente.



Colaboración a la lectura colectiva virtual del libro de Óscar Esquivias Andarás perdido por el mundo que realizamos varias personas bajo la guía del profesor Pedro Ojeda en su blog: La Acequia

10 comentarios:

  1. Esta sinceridad tuya como lectora de ambos cuentos entra dentro de un componente de recepción impulsora: la lectura te lleva a la investigación y a la conexión de referentes. Me encanta, por cierto.

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  2. Mamboooo y a bailar. Me encantó la paisana Carmen la Papamoscas, buena aunque cotilla y meticulosa y pesada. Y el vecino de los gladiolos con su novio.
    El arpa eólica es la sinfonía final del libro. Apoteósico.
    Un abrazo, Mari Luz.

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  3. Muchas gracias Pedro por tu comentario, sirve de guía en esta aventura de lectura compartida. La verdad es que es mucho más enriquecedor que leer en solitario. Y sí, los rizos de Berlioz me llevaron a los rizos de Johnny Deep.

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  4. Gracias Abejita por pasártelo tan bien en la piscina con padre nuevo y con el Mambo de Menchu. Lo de Menchu se veía venir.

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  5. Mil gracias por la investigación. Maurice Pons y Madame Rusconi son personajes inventados (en el caso de la Rusconi, tomé el nombre de la editorial italiana que publicó la biografía de Berlioz que escribió Henry Barraud; en el caso de Maurice Pons, su apellido coincide con el del director de orquesta catalán Josep Pons, al que he visto dirigir muchas veces en Madrid y en Barcelona; curiosamente, ya publicado este cuento, él fue quien dirigió una función maravillosa de "Benvenuto Cellini" de Berlioz en el Liceo; fue algo inolvidable). Aquí te dejo un vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=VPNFpXMv-zo

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  6. Gracias por el enlace del vídeo.Cuando leí el cuento de Trafalgar tuve que averiguar datos sobre los personajes. Al llegar a este cuento pensé que ocurría lo mismo y gracias a google tus cuentos se leen mejor. Hecho que me lleva a pensar lo díficil que sería leer y entender algunos de tus cuentos sin internet. Mil gracias por la imagen (casi cinematográfica) de un cementerio tan concurrido.

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  7. ¿Y al leer lo del arpa eólica ningún burgalés ha pensado en los inventos de Diego Galaz?

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  8. Vaya con os burgaleses, esto es un no parar de aprender.
    https://es.wikipedia.org/wiki/Diego_Galaz
    Y ahora el vídeo de youtube
    https://www.youtube.com/watch?v=Mn7tKnPpikY
    Gracias por darme a conocer a alguien tan interesante, y gracias por pasarte por mi blog.

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    1. A Diego hay que verlo en directo, aunque sea solo una vez. No te lo pierdas, si tienes la oportunidad.

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  9. Gracias por la recomendación, si tengo oportunidad de ir a verlo lo haré. Gracias.

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